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sábado, 31 de agosto de 2013

San Ramón Nonato


Se divulgó por el mundo la pintura que lo muestra con la Custodia en la mano derecha
expresando así la fuente de su caridad con los hombres.

31 de Agosto
San Ramón Nonato

Ramón significa: "protegido por la divinidad" (Ra=divinidad. Mon=protegido). 
Es el santo patrón de los partos, matronas, niños, embarazadas y personas acusadas falsamente. 
Cardenal Año 1240

Se le llama Nonato (no-nacido) porque nació después de morir su madre. Ella murió al dar a luz, aunque se le dice milagroso ya desde ese momento, ya que apuntan a decir que su madre tenía ya 24 horas de muerta cuando el es sacado del cuerpo de su madre con vida, algo difícil de creer en estos tiempos, incluyendo a profesionistas de la salud.  San Ramón nació en Cataluña, España, en 1204. Otros apuntan a decir que exactamente en Portell, comarca de La Segarra, entonces perteneciente a la diócesis de Urgel y, desde 1593, a la diócesis de Solsona.

Muy joven entró en la Congregación de Padres Mercedarios que se dedicaban a rescatar cautivos que los mahometanos habían llevado presos a Argel. Como lo cuenta la historia fue a dar a Barcelona luego de que su padre lo enviará, ahí, es recibido por el mismo San Pedro Nolasco, fundador de la Comunidad.

Se ordenó presbítero en 1222, y luego fue superior en varias comunidades de la Orden de la Merced. Pocos años después de haber entrado de religioso fue enviado con una gran cantidad de dinero a rescatar a los católicos que estaban esclavizados por los musulmanes en África. Allá gastó todo el dinero en conseguir la libertad de muchos cristianos y enviarlos otra vez a su patria, de donde habían sido llevados secuestrados por los enemigos de la religión católica. Cuando se le acabó el dinero se ofreció el mismo a quedarse como esclavo, con tal de que libertaran a algunos católicos que estaban en grave peligro de perder su fe y su religión por causa de los atroces castigos que los mahometanos les infligían.

Como entre los musulmanes está absolutamente prohibido hablar de la religión católica, y Ramón se dedicó a instruir en la religión a sus compañeros de esclavitud y aun hasta a algunos mahometanos, le dieron terribles tormentos y lo azotaron muchas veces hasta dejarlo casi muerto. Y al fin, como no se callaba le martirizaron perforando sus labios con hierro candente para colocarle un cerrojo en su boca e impedir su prédica, motivo por el cual es también el santo de las personas acusadas falsamente.

Una representación en la actualidad

Fue rescatado por su orden y en 1239 retorna a España. El Papa Gregorio IX lo nombró cardenal de la iglesia romana de San Eustaquio pero, de camino a Roma, fallece en Cardona, apenas tenía 36 años. Víctima de una fiebre altísima, donde al pedir los sacramentos, no hay a la redonda ningún sacerdote para administrárselos, se dice, que han sido los ángeles quién se los han donado.

Se cuenta que estando un hombre con mucho frío en la calle, es San Ramón quién se lo encuentra en la calle, lo abraza y le tapa con sus propias ropas. Esa misma noche la Virgen María se le aparece y le da un capelo de flores.


Muchos milagros le fueron atribuidos antes y después de su muerte. Fue canonizado por el papa Alejandro VII en 1657, celebrándose su festividad el 31 de agosto. Aunque su fiesta era de ámbito universal desde 1681, con la reforma del calendario fue reducida a culto local a partir de 1969.  A San Ramón le rezan las mujeres que van a tener un hijo, para que les conceda la gracia de dar a luz sin peligro ni tormentos.

Sus reliquias no están a veneración, ya que irrecuperables desde el año 1936, desaparecidas, sin embargo apenas su muerte hubo una disputa entre los frailes mercedarios como los nobles señores de Cardona, decidieron de común acuerdo darle sepultura allá donde lo decidiera una mula ciega que lo llevó a lomos hasta que quiso pararse ante la ermita de San Nicolás, de Portell.

Actualmente se utilizan los candados para pedir o agradecer
un milagro por intercesión de San Ramón Nonato



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viernes, 23 de agosto de 2013

Santa Rosa de Lima


23 agosto
Santa Rosa de Lima (1586-1617)

La primer santa de Lationamerica celebra su santo el día de hoy. Canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y que el Papa Inocencio IX  dijera de ella:

"Rosa de Lima, la más bella rosa que ha producido nuestro continente, no dejes un solo día de rezar a tu gran amigo Jesucristo, por este continente americano tan supremamente necesitado de las bendiciones de Dios. Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones". 
Nació en Lima, Perú, con el nombre de Isabel Flores de Oliva, no se sabe con precisión el día, algunas notas apuntan a decir el 30 de abril de 1586, coincidente con el año de la aparición de la Virgen en Chinquinquirá. En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Es patrona de institutos policiales y armados, entre los que están la Policía Nacional de la República del Perú y de las Fuerzas Armadas de Argentina.

Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía:


"Rosa conságrame a mí todo tu amor". 

Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.


Renunciando a un Amor. Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera. Rosa se encontraba bien con la  forma de vida que llevaba y no hubiera tratado de cambiarla si no hubiera sido por la insistencia de sus padres en casarla. Rosa resistió durante más de diez años y finalmente hizo voto de virginidad ante la imagen del "doctorcito" para confirmar su resolución.

 Al cabo de unos años ingresó en la Tercera orden de Santo Domingo a imitación de Catalina de Siena. A partir de entonces se recluyó prácticamente en la Ermita que ella misma construyó, con ayuda de su hermano Hernando, en un extremo del huerto de su casa. Sólo salía para visitar al Templo de Nuestra Señora del Rosario y atender las necesidades espirituales de los indígenas y los negros de la ciudad. También atendía a muchos enfermos que se acercaban a su casa buscando ayuda y atención, creando una especie de enfermería en su casa.

Vocación Detenida. Se propuso irse de monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora:

"Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". 

Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente. Una Mariposa Señala el Color. Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron. Su Patrona y su Modelo. Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo. Encierro Total. Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla "la santa". 

Retrato hecho por Angelino Medoro (1567-1631)


Su confesor, fray Pedro de Loaiza, fue su primer biógrafo. Se cuenta que por su belleza rechazo a numerosos pretendientes. Algunas versiones sostienen que ayudó a San Martín de Porres en sus curaciones. Dos años antes de morir, con motivo de un ataque corsario a Lima, subió al altar para proteger al Cristo de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. A los pocos días fallece el capitán pirata, hecho que se le atribuye milagrosamente a Rosa. Por ello su imagen lleva en la mano un ancla que sostiene la ciudad o una iglesia. El domingo de Ramos de 1617, el último de su vida terrena, se sintió llamada a desposorio por el Niño Jesús de la Virgen del Rosario, por lo que en su mano derecha lleva su imagen. Cuando fuera llevada hasta su último descanso, se dice que se le tuvo que cambiar tres veces de hábito porque la multitud los arrancaba para guardar las reliquias. De entonces es el primer retrato que se tiene de ella, realizado por el pintor italiano Angelino Medoro. 

En sus últimos meses exclamaba: "Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo."Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa. Anuncio de la Fecha de su Muerte. 

Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617 muere.Tenía 31 años.

A partir de las reformas al calendario litúrgico introducidas en el Concilio Vaticano II, la fiesta de santa Rosa de Lima es el 23 de agosto (fecha que se celebra en España). Anteriormente se celebraba el día 30 de agosto, y ésa es la fecha que se mantiene en el Perú y otros países latinoamericanos de los que es patrona, y también en el rito romano tradicional. En la República del Perú es un día feriado y su imagen (descubierta el día de la canonización en 1671, en la Catedral), recorre las calles de Lima.
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miércoles, 14 de agosto de 2013

San Maximiliano Kolbe



14 de Agosto

San Maximiliano Kolbe
Maximiliano significa: "El más importante de la familia"
Mártir del año 1941 

Se trata de un fraile franciscano polaco, mártir muerto en la Segunda Guerra Mundial, asesinado por los nazis en un campo de concentración. Dedicado a propagar la devoción al Inmaculado Corazón de María.San Maximiliano María Kolbe  nació en Zduńska Wola, 8 de enero de 1894 bautizado con el nombre de Raimund; y murió un 14 de agosto de 1941 en Auschwitz . En 1918 fue ordenado sacerdote, mas un año antes, fundó con otros seis hermanos franciscanos conventuales el movimiento MI (Milicia de la Inmaculada). En 1915 obtuvo en la Universidad de Roma el doctorado en filosofía y en 1919 el doctorado en teología. En 1927 fundó en Polonia a 40 km de Varsovia, la Ciudad de la Inmaculada (Niepokalanów). Más tarde, como misionero en Japón, creó otra institución semejante. Fundó dos periódicos, El Caballero de la Inmaculada y El Pequeño Diario. Organizó una imprenta en la ciudad de la Inmaculada en Polonia, y después se trasladó a Japón, donde empezó a editar hasta ocho revistas católicas.

Había sido llevado por los nazis al campo de concentración de Auschwitz. Al fugarse un preso del campo de concentración se aplico la ley imperante de los alemanes que dictaba que por cada preso que se fugara del campo de concentración, tenían que morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo 1-2-3-4...9...10 y al que le iba correspondiendo el número 10 era puesto aparte para echarlo a un sótano a morirse de hambre. De pronto al oírse un 10, el hombre a quien le correspondió ese número dio un grito y exclamó:

"Dios mío, yo tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?".

En ese momento el padre Kolbe dice al oficial:

"Yo me ofrezco para reemplazar al compañero que ha sido señalado para morir de hambre". El oficial le responde: ¿Y por qué?

 - Es que él tiene esposa e hijos que lo necesitan. En cambio yo soy soltero y solo, y nadie me necesita.

El oficial duda un momento y enseguida responde:
-Aceptado. 

Y el prisionero Kolbe es llevado con sus otros 9 compañeros a morirse de hambre en un subterráneo. Aquellos tenebrosos días son de angustias y agonías continuas. El santo sacerdote anima a los demás y reza con ellos. Poco a poco van muriendo los demás. Y al final después de bastantes días, solamente queda él con vida y otros tres compañeros. Como los guardias necesitan ese local para otros presos que están llegando, le ponen una inyección de fenol y los matan. Era el 14 de agosto de 1941. Los cuerpos fueron incinerados en el crematorio del campo. Incluso en prisión y también en la celda de hambre, celebró, todos los días la Santa Misa, distribuyendo la Comunión a otros prisioneros: el pan dado a los prisioneros era ácimo (sin levadura), podía ser utilizado para la Eucaristía; guardianes que simpatizaban con él le hacían llegar el vino. En agosto de 1945, en el final de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Nagasaki, donde Kolbe tenía una de sus imprentas, fue destruida por la bomba atómica. Todos los trabajadores fallecieron más tarde, pero la imprenta quedó incólume.

Su familia, polaca, era inmensamente devota de la Virgen y cada año llevaba a los hijos en peregrinación al santuario nacional de la Virgen de Chestokowa. El hijo heredó de sus padres un gran cariño por la Madre de Dios. Cuando era pequeño tuvo un sueño en el cual la Virgen María le ofrecía dos coronas, si era fiel a la devoción mariana. Una corona blanca y otra roja. La blanca era la virtud de la pureza. Y la roja, el martirio. Tuvo la dicha de recibir ambas coronas. Un domingo en un sermón oyó decir al predicador que los Padres Franciscanos iban a abrir un seminario. Le agradó la noticia y con su hermano se dirigió hacia allá. 

Cuando el Santo Padre Pablo VI lo declaró beato en 1970, a esa gran fiesta asistió, el hombre Franciszek Gajowniczek (de 70 años), el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años antes. Juan Pablo II, su paisano, lo declaró santo ante una multitud inmensa de polacos. 

(Oración a San Maximiliano Kolbe, el misionero)

San Maximiliano, queremos abrirte el corazón, 
para que lo hagas arder del amor y 
de la pasión por el Reino que motivó toda tu vida, 
y que te puso en camino por el mundo. 
Deseamos, como vos, entregar cada día 
nuestra vida a Jesús a través de las manos de María,
 y al mismo tiempo entregarnos unos a otros 
para que juntos podamos “animar y animarnos” 
en esta misión especial que nos confiaste, 
y que nos invita cada día a “echar las redes” 
de la confianza y de la esperanza. 
Creemos que tu ideal de vida y 
de misión puede conquistar el corazón d
e muchos jóvenes alejados de Dios; 
que podamos ayudarlos a descubrir 
el amor misericordioso del Padre y 
la alegría de una vida entregada. Amén.


Fuente:
Wikipedia
Kolbemission.org

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martes, 13 de agosto de 2013

Santo Ponciano


13 agosto
Santo Ponciano ha sido Papa y Mártir

Junto con el presbítero Hipólito fue deportado a Cerdeña, condenado, fueron trasladados a Roma. Hipólito al cementerio de la vía Tiburtina y el Papa Ponciano al cementerio de Calixto alrededor de c.236. No se conoce con precisión la fecha de su nacimiento e incluso la de su muerte, sin embargo se sabe por el “Liber Pontificalis” (ed. Duchesne, I, 145) se le da a Roma como su ciudad natal y llama a su padre Calpurnius.

Es con Ponciano que comienza la crónica de los obispos de Roma del siglo tercero. Según el informe del Catalogo Liberiano,  Ponciano fue hecho papa el 21 de Julio del 230 y reinó hasta el 235. El cisma de Hipólito continuó durante su episcopado; hacia el final de su pontificado hubo una reconciliación entre el grupo cismático y su líder con el obispo Romano. Después de la condenación de Orígenes en Alejandría (231-2), se celebró en Roma un sínodo, de acuerdo a Jerome (Epist. XXXII, iv) y Rufino (Apol. contra Hieron., II, xx), que estuvo de acuerdo con las decisiones del sínodo de Alejandría contra Orígenes; sin duda este sínodo fue celebrado por Ponciano (Hefele, Konziliengeschichte, 2nd ed., I, 106 sq.). 

Al enfrentarse al antipapa Hipólito, Ponciano formaba parte de los amigos del emperador Alejandro Severo, y a su destitución y muerte y la consiguiente subida al trono del imperio de Maximino el Tracio, que reactivó las persecuciones contra los cristianos, provocó que tanto Ponciano como Hipólito fueran deportados a las minas de sal de Cerdeña donde lograron reconciliar sus posturas poniendo fin al primer cisma que había sufrido la Iglesia al abdicar ambos a favor de Antero.

En 235, en el reinado de Maximino el Tracio comenzó una persecución dirigida principalmente contra las cabezas de la Iglesia. Una de sus primeras víctimas fue Ponciano, quien con Hipólito fue desterrado a las minas de sal de la isla de Cerdeña, donde lograron reconciliarse del cisma ocasionado por Hipólito. Para hacer posible la elección de un nuevo papa, Ponciano renunció el 28 de Septiembre de 235, dice el Catálogo Liberiano “discinctus est”. Consecuentemente, Anteros fue elegido en su lugar. Poco después de la abdicación de Ponciano el 28 septiembre de 235, Ponciano e Hipólito fueron martirizados al ser azotados hasta la muerte, tras lo cual sus cuerpos fueron trasladados a Roma donde fueron inhumados en las catacumbas de San Calixto.

En 1909 el epitafio original fue encontrado en la cripta de Santa Cecilia, cerca de la cripta papal. El epitafio, concordando con los otros epitafios conocidos de la cripta papal, dice: PONTIANOS, EPISK. MARTUR (Ponciano, Obispo, Mártir). El Martirologio Romano establece su fiesta el 19 de Noviembre, aunque se le recuerda los 13 agosto.
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lunes, 12 de agosto de 2013

Santo Domingo


8 agosto
Sacerdote y fundador de los Dominicos

El nombre de Domingo etimológicamente significa del Señor. Viene de la lengua latina.


 Domingo nació en España, en Calaruega, cerca de Burgos y de la abadía de Silos, en 1170. Hijo de Félix de Guzmán y de Juana de Aza, mujer que se distinguió por una gran piedad. A Domingo, lo que lo hizo santo, fue la educación cristiana que recibió. Instruido primeramente en la piedad por la bienaventurada Juana, y después por su preceptor, se dio al estudio con dedicación, a la oración con entusiasmo, a las lecturas piadosas con cariño y a las obras de caridad con afán. Por espíritu de penitencia se privaba de las diversiones permitidas a su edad. Así, mientras algunos jóvenes de la ciudad, en bandos ruidosos buscaban la diversión, él, recogido buscaba a Dios. Estudiando en escuelas públicas, vigilaba con mayor atención su corazón y sus sentidos. Siempre ocupado con las cosas de Dios, hablaba poco, y cuando tenía que hacerlo, lo hacía con moderación. Solamente conversaba con personas virtuosas. Era, por tanto, prudente y dulce al mismo tiempo. Los ejemplos de su madre le inspiraban una gran devoción a Nuestra Señora y un amor por los pobres fuera de lo común. Por los desprotegidos se privaba de todo lo que poseía. Se deshacía de dinero, de libros, de ropa, todo para ayudar a los desamparados. De esta manera, a los veinte años, ya despertaba en su ciudad natal, la caridad de sus condiscípulos y de todos los habitantes de la ciudad de Calaruega de 1190. A todos sus hijos, Juana proporcionó una sólida educación cristiana, imprimiéndoles el sello de Dios, tan así fue, que sus tres hijos se tornaron religiosos: Domingo sería aquel decantado Domingo que atravesaría los siglos; el más viejo profesaría en la orden de San Tiago; y el benjamín en la orden de los Hermanos Predicadores, fundada por su hermano. Cuando Juana de Aza todavía estaba en gestación, cierto día soñó que cargaba en el vientre un perro cuya boca se encendía y apretaba fuertemente entre los dientes una antorcha de fuego vivo, ese fuego que estaba destinado a abrasar al mundo. ¿Qué significaba este extraño sueño? Era un símbolo: en la Edad Media, el perro representaba a los predicadores. También la madrina de Domingo tuvo una premonición sobre la posición futura de su ahijado: vio, cierto día, sobre la cabeza del niño una estrella, que daba la impresión “que un día el pequeño sería la luz de las naciones y que iba a aclarar a los que yacían en las tinieblas y en las sombras de la muerte". Es la estrella que aparece en los cuadros del Angélico. Educado primeramente por su madre, Domingo después quedó a los cuidados de un tío, que era arcipreste en las proximidades de Calaruega, a los catorce años fue enviado a Palencia. Allí estudió con dedicación, principalmente teología, distinguiéndose por su vivacidad, amor al trabajo y virtudes. La caridad, especialmente, sobresalía entre las cualidades que lo adornaban. El rumor de aquel mérito no tardó en llegar a los oídos del obispo de Osma. Así, apenas conoció al joven Domingo, lo invitó sin vacilar a su capítulo. Después del año 1194, terminando con éxito sus estudios, el joven predestinado de Calaruega fue a vivir a Osma, donde se tornó uno de los soportes de la reforma introducida por el obispo. Por nueve años, el Padre de los predicadores llevó vida de claustro. De esta época de la vida de Santo Domingo poco se sabe, sólo que fue un modelo de piedad y regularidad para todos. Giordano de Sajonia, autor de “Libellus de pincipiis ord. Praed.”, cuenta que el santo “vivía confinado al monasterio”, donde salió junto a Diego de Acebes, obispo de Osma, para cumplir una misión muy importante: pedir para el hijo de Alfonso VIII de Castilla, la mano de una de las princesas de Marcas. Todo sucedió de maravilla y ambos regresaron a España para informar del éxito. El rey, satisfecho, les incumbió de la tarea de traer a la princesa, de modo que emprendieron nuevamente su viaje. Lamentablemente, al llegar a su destino, constataron que la joven que se iba a desposar con el principie había fallecido repentinamente. En lugar de regresar a Castilla, el obispo Diego envío un mensajero al rey Alfonso VIII, para ponerlo al tanto de lo sucedido, y junto a Domingo, viajó a Roma. Al pasar por Francia, Flandes, Renania e Inglaterra, Domingo quedó preocupado al constatar la extensión de las grandes herejías, los cátaros, valdenses y otras herejías procedentes del maniqueísmo oriental. Estos negaban muchos dogmas de la fe católica, incluso la Redención por la Cruz de Cristo y los Sacramentos. En Roma, el objetivo del Obispo Diego de Acebes, era tratar con el Papa un tema que venía pensando hace bastante tiempo: dejar libre el obispado, pues quería dedicarse de tiempo completo a la evangelización de las tribus nómadas y de los idolatras de Cumaná, en la región de Don y del Volga, deseo que el buen obispo no vio satisfecho, pues en vista de las herejías que entonces devastaban la cristiandad, el Papa Inocencio III se negó a tratar el caso de Diego de Acebes, ya que en otros campos de acción eran importantes la dedicación y el celo del obispo y del compañero. En Languedoc, por ejemplo, una nueva herejía estaba surgiendo y debía ser combatida: los albigenses. **** Apenas se establecía la religión cristiana, y en su seno surgían diversas herejías. Los primeros siglos de la Iglesia fueron los que produjeron mayor número de sectarios, a cuya cabeza se encontraba, casi siempre, obispos y arzobispos. En aquellos tiempos aparecieron sucesivamente los gnósticos, que enseñaban que bastaba la fe sin las buenas obras, y cuyos adeptos se arrogaban un conocimiento sublime de la naturaleza y de los atributos divinos; los nicolaítas, que defendían que las mujeres debían ser comunes; los arrianos, que negaban la consubstancialidad, o sea, la igualdad de substancia del Hijo y del Padre en la Trinidad…(...) **** Del siglo XII al siglo XIII, vivía tranquila y pacíficamente entre el Garona y la orilla izquierda del Ródano, una población compuesta de hombres sencillos, sensatos y valientes, que la historia, más adelante, llamaría con el nombre de albigenses, hombres que, contaminados por predicaciones apasionadas que amenazaban a la Iglesia, se tornaron heréticos, rechazando la autoridad papal y no admitiendo la mayor parte de los sacramentos. Por el año 1200, estos herejes de Albi, se encontraba esparcidos por casi toda Europa, pero más y en mayor número y peligrosidad, a lo largo de curso inferior del Danubio, en el norte de Italia y el sur de Francia. La doctrina filosófica de la secta era plagiada de un viejo principio pagano: la existencia de dos divinidades, uno bueno que creó las almas y otro malo que creó el mundo de los cuerpos. Y, enseñando que los hombres debían tener cuidado de todo aquello que fuera corporal, enseñaban a sus adeptos a rechazar el matrimonio, la vida en familia y todo aquello que juzgaban fuera en contra de la pura espiritualidad. Por lo tanto, los más ardorosos, los más celosos, pasaban muchas veces a desear la muerte. Tanto por la filosofía como por el modus vivendi, tales herejes, eran naturalmente enemigos de la Iglesia Católica. **** El Papa Lucio III, alarmado por la consistencia que tomaban los albigenses, los valdenses, restauradores del donatismo y otras herejías, reunió en 1184, un gran concilio en Verona, del cual participó espontáneamente, el emperador Federico I. Aquél Concilio de Verona, tomó las medidas más severas contra los herejes: decretó que los condes, barones y otros señores feudales jurasen ayudar, de ser necesario a mano armada, para descubrir y castigar a los herejes, bajo la pena de ser excomulgados y de perder bienes y derechos. A los demás, también bajo juramento, que prometieran denunciar al obispo o a los delegados y a todas las personas que se sospechase vivían en la herejía o formaran sociedades secretas. La disciplina canónica, decretada por el concilio de Verona de aquel 1184, hace creer que el establecimiento de la Inquisición data de aquella época. El advenimiento de Inocencio III al pontificado en 1198, marcó una era memorable de la historia de la Inquisición. Este Papa, al ver que la herejía de los albigenses triunfaba sobre las bulas pontificias, insatisfecho con la manera en que los obispos y delegados ejecutaban las medidas decretadas por el concilio de Verona, terminó optando por la adopción de comisarios que serían encargados de reparar el mal que los prelados no habían extirpado. Y si no se atrevió rápidamente a privarlo de la intervención en asuntos relativos a los herejes, encontró medios de hacer con que la autoridad episcopal se tornara casi nula. En 1203, Inocencio III envió a Pedro de Catelneu y a Raúl, ambos monjes del Cister, a predicar contra los albigenses. Tales predicaciones tuvieron éxito. Así, le pareció al Papa que era el momento para introducir en la Iglesia inquisidores dependientes de los obispos, que tuviesen el derecho de perseguir a los herejes. Diego de Acebes y Domingo de Guzmán, se volvieron famosos persiguiendo a los herejes con calurosas predicaciones. En 1208, en Francia, bajo el reinado de Felipe II y bajo el Pontificado de Inocencio III, se dio el establecimiento definitivo de la Inquisición. **** Algunos meses antes de la muerte de Inocencio III, Santo Domingo, cuyo celo en actuar contra los herejes apreciaba mucho el Santo Padre, se presentó en la corte romana con el objetivo de pedir autorización para fundar una orden destinada a predicar contra las herejías. El Papa acogió la idea con gran satisfacción, no pudiendo esconder su alegría que le nacía del alma. Dada la autorización, Domingo, inmediatamente, puso manos a la obra: organizó el instituto e impuso la regla de San Agustín, porque el concilio Lateranense de 1214 prohibía nuevas reglas para órdenes religiosas. Dice Joergensen, que habían surgido numerosas Ordenes en torno al año de 1200 y para poner fin a la confusión que esto derivaba, el concilio formalmente decretó, que en el futuro, ninguna orden nueva sería aprobada por la Iglesia y que el que quisiese fundar una nueva orden, o construir un nuevo convento, sería obligado a aceptar una de las antiguas reglas, ya aprobadas. Y continúa, hablando de Santo Domingo: Entre los primeros fundadores alcanzados por este decreto estaba Santo Domingo. Y, en una nota en su libro, dice Joergensen: Este hecho bastaría para destruir la afirmación del escritor danés Bierfreund, según el cual Domingo, al contrario de Francisco, habría sido siempre el favorito del Papa y de la corte romana y siempre había obtenido los privilegios pedidos. Y continúa el texto: Según Giordano de Sajonia, el Concilio de Letrán reconoció tanto a los frailes dominicos como a los frailes menores: pero ninguno de los dos pudo obtener la aprobación pontificia de su Regla. El propio Domingo, fue expresamente invitado a volver a casa, a deliberar con sus frailes sobre la elección de una regla entre las de las órdenes ya existentes. Como es sabido, los dominicos escogieron la regla de San Agustín; y Honorio aprobó su elección, declarando, de modo bastante claro, que los dominicos eran “una orden de cánones según la Regla de San Agustín". Muerto Inocencio III, Honorio III ascendió al trono imperecible de San Pedro. Satisfecho con la conducta de Domingo y de sus compañeros, el nuevo pontífice autorizó la propagación de la orden en toda la Cristiandad, de modo que, en poco tiempo, España e Italia sentían sus efectos. Los dominicos, por lo tanto, vinculados con la Inquisición, fueron apóstoles de la cruzada contra los albigenses, que el conde de Tolosa, señor feudal, protegía, conde que llegó al extremo de asesinar al delegado de la Santa Sede, Pedro de Castelnau. **** Uno de los medios más eficaces de Santo Domingo que empleó para obtener de Dios la conversión de los herejes, y al mismo tiempo instruir a los fieles, fue la práctica y la institución del Santo Rosario, práctica que consiste en recitar quince Padrenuestros, y después de cada Padrenuestro, una decena de Avemarías, para honrar los quince principales misterios de la vida de Jesús y de su Santa Madre. El tercio es su tercera parte. Rezarlo bien es unir la oración del corazón con la oración vocal. **** Sixto V aprobó la antigua costumbre de recitar el Rosario. Gregorio XIII instituyó la fiesta del Rosario. Clemente VIII la introdujo en el Martirologio. Clemente XI la extendió a toda la Iglesia. Benedicto XIII la agregó en el Breviario Romano. León XIII, en la Encíclica Diuturni temporis, de 1891, hablando sobre la fiesta del Rosario, dice: Nosotros, en un testimonio perpetuo de aprecio por esta forma de piedad, además de haber decretado que dicha fiesta y su Oficio sean celebradas en toda la Iglesia, co-rito doble de segunda clase, también quisimos que el mes de octubre en su totalidad fue consagrado a esta devoción. En cualquier caso, disponemos que en las Letanías Lauretanas, sea agregada esta invocación: “Reina del Santísimo Rosario” como augurio de la victoria en la presente lucha". El Papa León XIII, sobre el Rosario de Nuestra Señora dejó varias Encíclicas. En su Octobri Mense, entre otras cosas, sobre la excelencia del Rosario, origen y glorias, escribe: Bueno, como quiera que, entre las diversas formas y maneras de honrar a la divina Madre, son de preferencia aquellas que por si mismas son juzgadas más excelentes y a ella más agradables, nos complace señalar de manera explícita y vivamente que recomendamos el santo Rosario. A este modo de rezar doy, en el lenguaje común, el nombre de corona, porque ella también recuerda, en un feliz enredo, los grandes misterios de Jesús y de María: sus alegrías, sus dolores y sus triunfos. Si los fieles meditaran y contemplaran devotamente, en su debido orden, estos augustos misterios, les auguro un admirable auxilio y si quieren alimentar su fe y preservarse del contagio de los errores, ya sea para aumentar y fortalecer la fuerza de su espíritu. De hecho, por ese modo el pensamiento y la memoria de quien reza son, a la luz de la fe, atraí4.jpgdos con suavísimo ardor para esos misterios. Centrados e inmersos en ellos, nunca se cansaran de admirar la obra inenarrable de la Redención humana, llevada a cabo a precio tan alto y con una sucesión de tan grandes acontecimientos. Y, delante de estas pruebas de la divina caridad, el alma se inflamará de amor y de gratitud, consolidará y aumentará su esperanza, y ávidamente procurará la recompensa celestial, preparada por Cristo para aquellos que le hubieren unido por la imitación de sus ejemplos y por la participación de sus dolores. Mientras tanto, con los labios se pronuncian las oraciones enseñadas por el propio Cristo, por el Arcángel Gabriel y por la Iglesia. Oraciones tan llenas de alabanzas y sanas aspiraciones no podrán ser repetidas sin producir siempre nuevos frutos de piedad. Qué, pues, la propia Reina del Cielo haya ligado a esta oración una gran eficacia, lo demuestra el hecho de haber sido instituída y propagada por el ínclito Santo domingo, por impulso e inspiración suya, en tiempos especialmente tristes para la causa católica, y bien diferentes de los nuestros, e instituída como un instrumento de guerra eficacísimo para combatir a los enemigos de la Fe. En efecto, la secta herética de los albigenses, ya sea en forma velada, ya abiertamente, había invadido numerosas regiones, y cual sorprendente descendiente de los maniqueos, repetía sus monstruosos errores, y renovaba sus hostilidades, sus violencias y su odio profundo contra la Iglesia. Contra esta turba tan perniciosa y arrogante, ya ahora poco o nada se podía contar con los auxilios humanos, cuanto del socorro manifiesto de Dios por medio del Rosario de María. Así, gracias a la Virgen, gloriosa y debeladora de todas las herejías, las fuerzas de los impíos fueron abatidas y quebradas, y la fe de muchísimos quedó salva e intacta. Y se puede decir que semejantes hechos se verificaron en el seno de todos los pueblos. ¡Cuántos peligros conjurados! ¡Cuántos beneficios alcanzados! La historia antigua y moderna está ahí para demostrarlo con los más luminosos testimonios".
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